DIVAGACIÓN 21 Hoy he recibido la triste noticia de que no me puedo vacunar, pues todavía no hay vacuna ni se sabe cuándo la habrá. ¿Enferman los enfermeros y los médicos son medicados? ¿Saldremos de aquí sabiendo algo o seguiremos siendo engañados? Mi madre está bien, por suerte —Dios mediante, pues ella cree—. El bicho de momento la ignora, y a su hijo por ahora también. Lo de mi desamada es más preocupante, pues no sé dónde ella está, y me tiene preocupado de que el virus no la pueda encontrar. Me vuelvo a dar cuenta de que se ha pervertido mi corazón. Prometo que no soy así, que es este encierro el inductor.
El dedo en la llaga, le pese a quien le pese. Auto ensalzamiento de mi figura artística y cultural.