Hola. Estimados y estimadas lectoras y lectores, como seguramente ustedes no sepan, soy bastante prolífico escribiendo poesía que luego es ninguneada en concursos oficiales y no oficiales tanto por jurados "de postín" como por el mundo underground. En vista de lo cual, he decidido compartir con quien quiera leer, mis poemas inéditos desde marzo del 2020 hasta diciembre de 2023, lo que tenía que haber sido mi Antología poétrica volúmenes III, IV y V. Esperando que disfruten o no de su lectura, por ser el primero, voy a subir dos, los demás días subiré de Lunes a Viernes uno por día. Llevarán el hastad #poemasninguneados_título_del_poemario_en_cuestión.
Éste primer poemario está escrito en la cuarentena, propiamente dicha, que sufrimos en 2020 y consta de 42 poemas escritos a modo de diario personal, simbolizando un poema un día y lleva por título: DIVAGACIONES DE UN CONFINADO.
APERTURA
Confinado
en un abstracto confín,
sin
febriles fines y con poco tiento,
mi
soledad es, por su propia voluntad,
el
hada madrina de mis cuentos.
Solitaria
en sus cuestiones,
entrometiéndose
en mis entuertos,
asesora
de consejos no solicitados
y
solicitante de sus propios emolumentos.
No da
tregua ni me exige
en su
no aclarada cuestión.
Pone
en mi mente pensamientos
y me
oculta deliberadamente la solución.
Sin
ganas, pero con desgana,
voy
desgranando la situación,
atormentado
en mis propios debates
de
los que nunca salgo vencedor.
El
hastío se va instaurando
como
dueño en su mansión.
Me ha
elegido su escribano
escribiente
de su narración.
DIVAGACIÓN 1
Me
busco y no me encuentro
en
esta maraña de sentimientos.
El
sol se pasea impune por mi noche.
Quisiera
pasar de las palabras a los hechos.
La
asfixia de recuerdos no vividos
torpedean
el mantenerme cuerdo.
Cada
vez la miro más a los ojos;
siento
que me estoy perdiendo.
Las
cadenas no ahogan mi cordura;
la
ahorcan los frugales desencuentros
con
la sinrazón irracional no razonada
de
pasados y futuros acontecimientos.
La
sonrisa bastarda de la tarde
aúlla
plañidera con el viento
enfrascada
en su sorda batalla,
con
la tormenta desatada en algún cuento.
El
amanecer se torna rojo sangre
en la
orilla de los desechados deseos.
La
opresión del triste mediodía
se
apodera de mis pensamientos.
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