DIVAGACIÓN 15
Mis
canciones se amotinan,
me
exigen que hable del amor,
que
con la que está cayendo
puede
ser mi salvación.
Yo
les hago una peineta
y les
suelto barbaridades.
Que
de amor hable Cupido
o,
mejor, su santa madre.
Me
contestan y se rebelan:
«¡Vas
para viejo, mentecato!
Como
sigas a este paso,
te quedas
de vestidor de santos».
Yo
vuelvo a ignorarlas;
la
indiferencia es la solución.
Se
marchan dando un portazo.
¿Buscarán
a otro autor?
A
solas con mi desdicha,
casi caigo
en la tentación.
Empiezo
a pensar en mi amada.
¡Qué
pesadilla de canción!
Comentarios
Publicar un comentario