DIVAGACIÓN 14
Mis
posaderas se aposentan
en mi
reposado suelo.
Horizontalizo la espalda,
acabo
de cara al techo.
El
día es luminoso,
menos
mal que no estoy afuera,
mirando al astro rey,
entonando
canciones guerreras.
Suenan
tambores por doquier;
no
los puedo descifrar.
No sé
si empezó la guerra
o si
se firmó la paz.
Creo
que la plebe tiene hambre
y
nada que poder yantar,
pues
resuenan sartenes, cazuelas
y el
himno nacional.
Ya no
sé en qué tiempo vivo,
si en
cuaresma o carnaval.
En mi
ventana una procesión,
y yo
sin escopeta para disparar (al aire).
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