DIVAGACIÓN 20
Estudiosos
bien estudiados,
muy
versados al estudiar,
repudian
mis canciones;
dicen
que lo mío no es cantar.
Yo
leo atento sus escritos,
sus
tan magnánimas opiniones,
mientras
con una mano taño el sostenido
y con
la otra rasgueo los bemoles.
Licenciados
en alta poesía
afirman
que no sé poemar,
que
mis poemas no son artificiales,
que
no es buena la autenticidad.
Me
sumerjo en sus poemas
intentando
conocimientos conocer.
El
único aprendizaje que adquiero,
es el
de no volverlos a leer.
Mas
nadie tiene la culpa de lo narrado;
me
declaro único culpable yo.
¿Para
qué valen los estudios?
¿Para
matar la inspiración?
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