DIVAGACIÓN 8
Hoy
mi día empieza mal.
Aviso
para navegantes:
no
pienso hacer ningún prisionero,
ni
hay prisión alguna que os salve.
Las
vocecitas iluminadas
me
hablan por doquier.
No
quiero escuchar sus voces,
van a
hacerme enloquecer.
Resuenan
sus repetidos ecos
en
cada rincón de mi ser.
Siento
náuseas nauseabundas
en la
espuma del café.
Que
si esto o lo otro,
que
si el malo envileció,
que
si el bueno es bondadoso…
¿Dónde
pernoctará mi dios?
Desde
luego, no en mi casa,
ni
tampoco a su alrededor.
Menos
mal que dejó a su ángel,
pero
para que lo guarde yo.
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