DIVAGACIÓN 13
Toco
madera por si acaso;
ni
siquiera sé si es martes…
Hago
rimas con un número.
Imagino
perversas artes.
Hay
una aparición en mi sábana.
Estoy
pensando convertirla en culto
para
que peregrinen los agoreros
y los
amantes de lo oculto.
Mi
cerebro se pervierte,
se
ríe de mí la soledad.
Compóntelas
tú solo,
nadie
puede salir ni entrar.
Me
aterra este escrito.
¡Me
he vuelto soez!
¿Será
la cuarentena
o
será la ya próxima vejez?
Me pierdo
en reprimendas
de
otra época aprendidas.
Esas
cosas no se hacen,
deben
ser reprimidas.
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