DIVAGACIÓN 6
Sin
responsorios ni laúdes
en la
liturgia de las flores raras.
Víspera
de aciagas noticias
por
un aciago pregonero pregonadas.
La
hora prima se ha abolido
por
capricho de algún gran señor
más
orondo que sabio
y más
estúpido que un estupidor[1].
Mi
estómago entona su salmodia,
me
recuerda que la hora tercia ya pasó.
Sin
pena ni gloria preparo el sustento
y el
molino de mis muelas, muele sin compasión.
Se me
olvidaron los maitines,
¡tendré
que volverme a flagelar!
Con
pérfido elixir de cebada
¡es
la hora sexta ya!
A lo
lejos resuenan cantos:
Satanás
afinando su entonación.
¡A la
misma puñetera hora,
la
misma puñetera canción!
Comentarios
Publicar un comentario