DIVAGACIÓN 3
El
negro aliento desalentador
del
aterrado cuervo
vaporiza
la risueña risa
de la
sonrisa en su deshielo.
Sus
carcajadas me deprimen
en un
deprimente duelo
sin
cadáver a quien velar
en mi
solitario entierro.
Las
plañideras retozan de gozo
viendo
mi espíritu muerto,
y yo
gozando en silencio
de
sus llantos plañideros.
Esta
lucha soterrada
de
subterráneos egos
enfría
el calor del verano
y
calienta el frío invierno.
Son
las crónicas siniestras
de
nuestros siniestros tiempos,
ocaso
de reyezuelos varios
reemplazados
por aspirantes nuevos.
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