CONCURSANDO       Aconteció una mañana   sin saber por qué;   puede que estuviese dormido,   o que no durmiese bien.       Me remojé la cara,   me preparé el café   y encendí la caja tonta,   que ahora es interné.       No sé si es zapping ,   o se dice navegar ;   de estas frases modernas   nunca me voy a enterar.       El caso es que un anuncio   llamó mi atención:   «¡Concurso de poesía,   premio para el ganador!».       Con mi mejor estilo   y mi mejor disposición,   todo mi teclado   se llenó de amor.       Al prójimo, por supuesto,   por supuesto que no;   amor a la remuneración   para sufragar mi pasión.       Disfracé mi hipocresía   de cinismo radiante   y, diccionario en mano,   me puse a contar consonantes.       Todo me quedó perfecto,   una auténtica baguet,   artificial como la vida misma,   sopa de sobre vendida como consomé.       Busqué bellas palabras   que pudiesen motivar,   y omití todas aquellas   que pudieran mol...
El dedo en la llaga, le pese a quien le pese. Auto ensalzamiento de mi figura artística y cultural.