EXTRAÑOS PRESAGIOS
(PARTE 3)
Mi callada por
respuesta
le trajo confusión,
«¿Te crees muy
poderoso?»,
entonces me espetó.
«Voy a arrancarte tu
alma en pena,
lo quieras tú o no,
pero tendrás que
decidir,
si voluntariamente o
con dolor».
«Yo no tengo nada que
decidir,
no puedes tocarme
a menos que me deje,
y tampoco puedes
manipularme».
«¿Eliges la tortura?
Sea entonces pues.
Si tú lo decides,
no te lo negaré».
De nuevo volvió,
era la misma espiral,
un ciclo de tormentos
intentando hacerme
estallar.
Ríos de llanto por
doquier,
patetismo alrededor,
cadáveres
malolientes;
esa era mi visión.
Almas sin espíritu
encadenadas sin
remisión
le servían de comida,
eran su nutrición.
«¿Por qué me elegiste
a mí?
¿Qué te hice yo?»,
le gritaba sin parar
en mi desesperación.
«Tienes pensamiento
propio,
y tu mente, claridad.
Eso para mí no es
bueno,
eso para mí es
mortal».
«¿Qué más te da a ti?
Muchas almas tienes
ya.
Lo que haga yo,
¿qué te puede
importar?».
«Más de lo que
piensas.
me da más
satisfacción.
Doblegar un sueño
puro
siempre sabe mejor».
«¡Vete al infierno,
demonio traidor!».
«Yo no soy el
demonio,
solo soy un editor».
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