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38 - DIVAGACIÓN 38

 

DIVAGACIÓN 38

 

Estaba el señor don Gato

sentadito en su tejado…

Al menos él está fuera;

yo estoy aquí encerrado.

 

Todo sea por el bien común.

Predicaré con el ejemplo,

a ver si los de las cazuelas

dejan de mear fuera del tiesto.

 

Es la hora de la siesta

y empieza de nuevo a llover.

Estoy ahogado ya de tanta agua;

a ver si escampa de una vez…

 

Se me cierran los ojos,

el duermevela viene después.

El tren de los horrores

llega puntual al andén.

 

Empieza a haber rumores

de apertura del corral.

Los borricos rebuznan

y las ovejas empiezan a balar.

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