DIVAGACIÓN 37
Estoy
en un tobogán de sensaciones
que
me martiriza sin cesar;
unas
veces me da por reír
y
otras, en cambio, por llorar.
¿Debo
subir la persiana de la vida
o
debo hacer un cierre total?
La
disyuntiva me sobrevuela
y la
respuesta se hace de rogar.
Me he
convertido en tormento
que
no para de atormentar
a mi
atormentada mente,
que
solo sabe protestar.
Me
río de mi optimismo
y
lloro por el de los demás;
pobres
mentes cegadas
que
no ven su realidad.
Descubro
que mi vida es un asco
y que
la vuestra también.
Os
regocijáis con las migajas;
yo es
lo que tengo para comer…
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