DIVAGACIÓN 28
Mi
canción no me distrae,
la
ventana está cerrada,
mi
guitarra tiene polvo
y mi
bicicleta, estancada.
Tumbado,
miro al techo
como
si hubiese algo que mirar.
Por
no haber, no hay ni arañas,
ni
moscas a revolotear.
El
reloj se ha parado;
le
quité las pilas yo.
Sus
agujas me distraían
de mi
aburrida distracción.
El
teléfono está en silencio,
no lo
pienso descolgar.
¡Que
llame quien quiera!
No
pienso contestar.
Mi
apatía es feliz conmigo,
dice
que nunca me va a dejar.
Su «te
quiero» suena sincero.
Estoy
pensando en llevarla al altar.
Comentarios
Publicar un comentario