DIVAGACIÓN 27
Las
esquirlas del deseo
se me
empiezan a clavar.
Añoro
ese olor a lilas,
esa
piel que acariciar.
Mi
sudor se vuelve frío,
echa
de menos tu esencia.
El
calor se ha evaporado,
se
marchó con tu ausencia.
Quiero
encender una hoguera,
mas
no hay nada que quemar.
Las
cenizas ya están frías
y no
suena tu crepitar.
El
pecho se me oprime,
el
corazón empieza a acelerar
sin
sitio adónde ir,
sin meta
a la que llegar.
Me
abandono a mi negrura,
abrazo
a mi oscuridad.
Por
lo menos tengo el consuelo
de mi
ardiente soledad.
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