DIVAGACIÓN 23
Resuenan
ecos de esperanza,
parecen
que nos van a liberar,
o eso
comentan dos vecinos
que,
bajo mi ventana, hablan sin parar.
Yo no
estoy muy seguro,
no sé
sobre esto qué pensar.
La de
enfrente pone una bandera
y la
del segundo barre el portal.
Nunca
vi tanta fregona,
ni
tampoco mucho cepillo,
y ahora
está el edificio
reluciente
y con brillo.
De
repente caigo en la cuenta:
¡mi
ventana es indiscreta!
No sé
si parezco Alfred Hitchcock
o una
abuela haciendo calceta.
Pedro
aparece encendiendo un cigarrillo.
«Si él no ha fumado nunca…», comentan los vecinos.
¡¿Dónde estás?! Un
grito de mujer resuena en el silencio.
Como
para no empezar a fumar, ¡pobrecillo!
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