LA SOMBRA DEL HECHICERO
Sombría era la hora
en que la soledad
fue derrotada
para dar paso
a la jauría humana.
Negra la luna se alzó
bien entrado el día,
oscureciendo el sol
que, en sus brazos,
se acurrucó.
El concilio se
reunió,
presagios de mala ruina,
para decidir coronar
al rey sin corona
y a la soledad
encerrar.
Pero no decidían
lugar donde llevarla:
si al lejano Oriente,
o al profundo abismo,
ellos mandarla.
No había fumata
blanca,
ni negra tampoco.
El diablo estaba
presente,
Dios no faltaba
y el espíritu se
santiguaba.
El asunto no era
fácil,
no era baladí.
Aunque ellos se
afanaban,
matarla no podían;
volvería a relucir.
Hechicero que
hechizaste
a toda la humanidad:
a pesar de tu
conjuro,
de nuestros corazones
no la pudiste sacar.
Después del
desagravio,
a salvo se creyeron.
Ya nunca más
solos estaremos;
derrotamos a la
soledad.
Una gran fiesta
fue preparada,
los impíos reunidos,
a su señor,
cantando alabanzas.
Fueron instruidos
en el arte de
retozar.
Los monos parlantes
fueron enseñados
a procrear.
Felices se las
prometían,
pero a toda cara
le llega su cruz;
había algo oscuro
detrás de tanta luz.
Tanta alegría era
incompleta;
el demonio de los
celos
también fue
despertado
y su diezmo exigió
que le fuera entregado.
Y el hechicero
de nuevo fue
convocado:
«Debes de
conjurarnos,
la soledad
vuelve a acecharnos».
Hechicero que
hechizaste
a toda la humanidad;
a pesar de tu
conjuro,
de nuestros corazones
no la pudiste sacar.
«¿Qué me daréis a
cambio?
¿Qué a cambio me
daréis?».
«¡Te daremos nuestras
almas!».
«Eso no me sirve;
hace tiempo ya,
que almas no poseéis.
»Se os pudrió de
ambición
deseando lo ajeno,
andando en manadas
cuan piaras de cerdos
de soledad
despojadas.
»No tenéis nada
que yo pueda desear.
Vuestro dios os
condenó
a vagar eternamente
sin rastro de
humanidad.
»Apariencia poseéis,
también
conocimientos,
mas os falta
sabiduría,
os sobra maldad
y el instinto es
traicionero.
»No quiero nada
vuestro,
solo debéis esperar.
El tiempo es vuestro
aliado.
Sin pactar con él,
la tumba os otorgará.
»Es la única manera
que tenéis de escapar
de esa espiral infame
que siempre gira en
círculos
y que llamáis
sociedad».
Hechicero que
hechizaste
a toda la humanidad,
a pesar de tu
conjuro,
de nuestros corazones
no la pudiste sacar.
Comentarios
Publicar un comentario