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03 - LA SOMBRA DEL HECHICERO

 

LA SOMBRA DEL HECHICERO

 

Sombría era la hora

en que la soledad

fue derrotada

para dar paso

a la jauría humana.

 

Negra la luna se alzó

bien entrado el día,

oscureciendo el sol

que, en sus brazos,

se acurrucó.

 

El concilio se reunió,

presagios de mala ruina,

para decidir coronar

al rey sin corona

y a la soledad encerrar.

 

Pero no decidían

lugar donde llevarla:

si al lejano Oriente,

o al profundo abismo,

ellos mandarla.

 

No había fumata blanca,

ni negra tampoco.

El diablo estaba presente,

Dios no faltaba

y el espíritu se santiguaba.

 

El asunto no era fácil,

no era baladí.

Aunque ellos se afanaban,

matarla no podían;

volvería a relucir.

 

Hechicero que hechizaste

a toda la humanidad:

a pesar de tu conjuro,

de nuestros corazones

no la pudiste sacar.

 

Después del desagravio,

a salvo se creyeron.

Ya nunca más

solos estaremos;

derrotamos a la soledad.

 

Una gran fiesta

fue preparada,

los impíos reunidos,

a su señor,

cantando alabanzas.

 

Fueron instruidos

en el arte de retozar.

Los monos parlantes

fueron enseñados

a procrear.

 

 

Felices se las prometían,

pero a toda cara

le llega su cruz;

había algo oscuro

detrás de tanta luz.

 

Tanta alegría era incompleta;

el demonio de los celos

también fue despertado

y su diezmo exigió

que le fuera entregado.

 

Y el hechicero

de nuevo fue convocado:

«Debes de conjurarnos,

la soledad

vuelve a acecharnos».

 

Hechicero que hechizaste

a toda la humanidad;

a pesar de tu conjuro,

de nuestros corazones

no la pudiste sacar.

 

«¿Qué me daréis a cambio?

¿Qué a cambio me daréis?».

«¡Te daremos nuestras almas!».

«Eso no me sirve; hace tiempo ya,

que almas no poseéis.

 

»Se os pudrió de ambición

deseando lo ajeno,

andando en manadas

cuan piaras de cerdos

de soledad despojadas.

 

»No tenéis nada

que yo pueda desear.

Vuestro dios os condenó

a vagar eternamente

sin rastro de humanidad.

 

»Apariencia poseéis,

también conocimientos,

mas os falta sabiduría,

os sobra maldad

y el instinto es traicionero.

 

»No quiero nada vuestro,

solo debéis esperar.

El tiempo es vuestro aliado.

Sin pactar con él,

la tumba os otorgará.

 

»Es la única manera

que tenéis de escapar

de esa espiral infame

que siempre gira en círculos

y que llamáis sociedad».

 

Hechicero que hechizaste

a toda la humanidad,

a pesar de tu conjuro,

de nuestros corazones

no la pudiste sacar.

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