Ir al contenido principal

22 - DIVAGACIÓN 22

 

DIVAGACIÓN 22

 

Sobrevalorando cosas que no valen nada,

preocupado por mi preocupación,

necesito una perspectiva nueva

o, ahora que me fijo, un nuevo salón.

 

Mis hormigas hormiguean

con una cucaracha en un rincón.

Está interesante el asunto…

A ver cómo se resuelve la cuestión.

 

Se les escabulle la presa…

Espero que no vengan a por mí;

me he quedado sin insecticida

y no me atrevo a salir.

 

Ya salí a tender la ropa,

también a tirar los desperdicios;

antes de eso fui a por pan,

y una cuarta vez, no sé si será delito.

 

Solo son las nueve y ya estoy aburrido.

Me levanto a por mi guitarra,

¿Dirán que soy un cantamañanas

como la hormiga a la cigarra?

Comentarios

Entradas populares de este blog

63 – ¿Y AHORA QUÉ, EHHH?

  DIVAGACIONES POÉTRICAS DE UNO QUE NO SABE 6 3 –  ¿ Y AHORA QUÉ, EHHH? Polvorones de canela, mantecados de limón, mazapanes de almendra; hoy estoy de divagación. No se a qué viene esa cuestión ni que razón la engendra, ahora se plantea una interrogación; toca andarse con cautela. Ya estoy imaginando la novela: “ el poeta está para trepanación”. ¿A que no saben ustedes que es la cendra? ¡No!, no es una simple licencia de creación. By Coronado Smith

10 - MAL DE MALES

  MAL DE MALES   La rutina muestra visos de su fealdad; maloliente encrucijada atrapada en su disfraz.   Bostezo prolongado, acomodo a lo banal; decadencia de la mente, cuerpo a marchitar.   Canción de adormidera, emociones a aletargar, bajón de los sentidos, apatía a progresar.   Estramonio venenoso, sueños a inmovilizar, desgana desganada, muchas ganas de escapar.   ¿Por qué no llegas pronto? ¿Por qué he de esperar? ¡Quiero que se rompa todo! ¡Que todo vuelva a empezar!

100 - CONCURSANDO

  CONCURSANDO   Aconteció una mañana sin saber por qué; puede que estuviese dormido, o que no durmiese bien.   Me remojé la cara, me preparé el café y encendí la caja tonta, que ahora es interné.   No sé si es zapping , o se dice navegar ; de estas frases modernas nunca me voy a enterar.   El caso es que un anuncio llamó mi atención: «¡Concurso de poesía, premio para el ganador!».   Con mi mejor estilo y mi mejor disposición, todo mi teclado se llenó de amor.   Al prójimo, por supuesto, por supuesto que no; amor a la remuneración para sufragar mi pasión.   Disfracé mi hipocresía de cinismo radiante y, diccionario en mano, me puse a contar consonantes.   Todo me quedó perfecto, una auténtica baguet, artificial como la vida misma, sopa de sobre vendida como consomé.   Busqué bellas palabras que pudiesen motivar, y omití todas aquellas que pudieran mol...